viernes, 18 de julio de 2008

Vivir en New York

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A continuaciòn voy a compartir un poema, propiedad del señor Eduardo Rodríguez Bermejo; Poeta que me vendió algunas de sus obras por $4 en el subte la otra tarde.
No tiene hecho el copyright, pero eso me sigue pareciendo una mierda capitalista, que, fiel a su esencia, le pone precio hasta a la creación de nuestras mentes.

El poema se titula "Vivir en New York" y fue escrito en el año 2002

Juan
el país está en quiebra
y te vas a New York.
El sueño de
estudiante - lavacopas
es una pesadilla
en el 2000:
y hoy toda la vajilla
es de papel o plástico
y algún despistado se la come
junto a sus viandas
porque todo tiene
el mismo gusto.

¡Oh, New York
la ciudad de los rascacielos!
No mires hacia arriba
mientras el viento que viene
de los grandes lagos
te barre como si fueras
un envase vacío.
Y pregúntale a alguien
si los terremotos
están prohibidos en New York:
de lo contrario será difícil
salir de abajo
de tanto escombro.

Para ser como ellos
vestirás trajes oscuros
pero te quitarás el saco
en la oficina.
Usarás camisa blanca y corbata
y llevarás prendida
la identification-card:
Mister John Nadie.

Cada tanto irás al baño
con tu llave privada
y sentado en el indoro
tararearás un tango
y te preguntarás:
que mierda hacés allí
en ambos sentidos.
Vivirás
una rutina vertical
todos los días
y no entrés en pánico
si las puertas del ascensor
no se abren.
No toques todos los botones
como un lunático:
vendrán a socorrerte.
Elisha Otis,
el abuelo del ascensor,
creó un sistema de frenos.
Y cuando un avión
se estrelló contra los cables
en el Empire State Building
se inició una zambullida
de setenta y pico de pisos
y dos personas llegaron vivas
a la planta baja.

Trás un mes de terapia intensiva,
una mujer le comentó a su terapeuta:
<caigo de algún lado, doctor. Anoche
me caí de la Estatua de la Libertad.
Antes de una de las Torres Gemelas.
Mis sueños son un ir permanente en
La Montaña Rusa>>.

Seguramente,
desearás tener un auto y un jardín
para lavar el coche los sábados
y charlar con tu vecino.
Pero fíjate;
tendrás que tener un auto,
una casa con jardín,
dos televisores, un freezer,
un microondas, un lavavajilla,
un lavarropas, un radiograbador,
una computadora personal,
dos bicicletas, herramientas,
cortadoras de césped, secadores
de pelo, dos perros de raza, un gato,
una parejita de canarios y
una esposa.
Pero no te preocupes. Don't worry.
En New York
tu tarjeta plástica
será como la Lámpara de Aladino:
la sacas y ¡zas!
el mundo está a tus pies.

Claro...
después deberás pagar todo
verdaderamente
y sentirás
un nudo en el estómago:
habrás comenzado a fabricar
tu úlcera.
Don't worry...
Todo buen americano
tiene úlceras
alguna vez.

Al iniciar tu jornada,
querrás meterte en la autopista
para llegar a la city
a paso de hombre.
Mientras,
tratarás de escuchar un concierto:
¡el que grabaste anoche!
Pero...
hay un millón de hijos de puta
intentando escuchar
lo que grabaron
y algunos...
no cierran bien la ventanilla.
No te compres un revólver
porque tendrás que liquidar
a un par
todos los días.

Consíguete mejor un par de esposas
y sujétate al volante.
Tómate antes una píldora.
Y así sedado, esposado
y apretando apenas el acelerador
llegarás seguro
a Wall Street.

2 comentarios:

Marina Heroina dijo...

Bueno gracias por la invitacion. Sin dudas voy a estar ahi con el mugroso de mi novio, no te preocupes :D Y las fotos del otro día pediselas a facundo pq se las voy a pasar por mail. Un besito :D

La Peste dijo...

A mi no me invitaron a nada, ni tengo un novio para llevar a ningún lado (ni siquiera uno mugroso, usado, y que no se le pare, nada )
Irse está intrínsecamente en nosotros.

El Observador