jueves, 12 de febrero de 2009

Siddhartha (Fragmento)


(...) Cuando arrojas una piedra al agua se va al fondo por el camino más corto. Así sucede cuando Siddhartha se propone algo. Siddhartha no hace nada, espera, piensa, ayuna, pero avanza a través de las cosas del mundo, como la piedra a través del agua, sin hacer nada, sin moverse; es empujado, se deja caer. Su meta le atrae, pues no deja penetrar nada en su alma que pueda entorpecerle el camino hacia su meta. Esto es lo que Siddhartha aprendió junto a los Samanas. Esto es lo que los necios llaman sortilegio, y creen que el sortilegio es obrado por los demonios. Los demonios no hacen nada, no hay demonios. Todos pueden obrar prodigios, todos pueden alcanzar su meta si saben pensar, si saben esperar, si saben ayunar. (...)

4 comentarios:

Unknown dijo...

Hermann Hesse es demasiado groso.
¿Leiste "Demián"? ¿"El lobo estepario?
Abrazo Fer

Nando dijo...

Lobo estepario es el próximo y Demián no lo tengo pero lo voy a comprar y leer... es producto de una "aguda crisis espiritual" que llevó a Hesse a psicoanalizarse con un discípulo de Jung (lo conocés a ese no?) y que fue publicado bajo el pseudónimo de Emil Sinclair. Recién se dio a conocer cuando le dieron el premio Fontane

http://es.wikipedia.org/wiki/Theodor_Fontane

Se ve que no quería que lo tacharan de loco...

Unknown dijo...

Jajajaja! No la sabía esa anécdota. Si sabía lo de Jung.... De hecho tengo un escrito sobre Arquetipos donde se hace un análisis junguiano de "Demián".... Mucho muy interesante xD Haceme acordar que te lo pase.

Ah! Y Demián lo debo tener en casa en algún lugar. Si querés te lo presto.

Nando dijo...

gracias por la oferta pero si me lo prestás no te lo voy a devolver.
lo voy a comprar la próxima vez que pase por una librería...
te digo que después de leer Siddhartha y estar a la mitad de Lobo Estepario, no me extraña nada que este muchacho haya pasado por crisis "espirituales" para intentar ponerles un nombre. De hecho me identifico con él.. probablemente un día termine en el cotolengo. Visitame cuando esté internado así charlamos de cosas interesantes

El Observador