martes, 7 de septiembre de 2010

Grandes inventos para pequeños humanos

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(Este post nada tiene que ver con enanos ni con críos)

Para nosotros, pequeños humanos, golpearnos en este psycho-samba que representa la vida moderna es masoquistamente necesario.
A raíz de esto los sabios del mundo se sintieron inspirados a ahorrarse algunos moretones -o por lo menos a untarse las partes doloridas con oxagel- y para esto concibieron los grandes inventos de la civilización, algunos de excepcional importancia como la luz eléctrica, el avión, las impresoras con fax y las bicicletas fijas.

Hoy quiero proponer tres grandes inventos para pequeños humanos:

1- El auto que se maneja solo en caso de borrachera del conductor.
Un ejemplo práctico: fue invitado a un cumpleaños, cena con vino, brindis con champagne y un licorcito para los postres... fácilmente cae usted presa de la vil borrachera y, como digno ciudado de su pro-metrópoli, no puede conducir.
En estos casos usted podría dirigirse a su vehículo y el mismo abriría la puerta, lo dejaría recostarse cómodamente y lo llevaría hasta su hogar; Incluso podría dar las excusas pertinentes a la policía y mostrar sus papeles.

2- El desodorante de baño con olor a fósforo.
Vamos, seamos honestos, el desodorante con aroma a "Campos de Soja" no quita el olor, ni tampoco lo disimula, mas bien por el contrario, tiende a unificarse con aquello que pretende erradicar conformando una sociedad mucho más infecta para la nariz.
El viejo truco casero de encender un fósforo es realmente efectivo (los Cazadores de Mitos lo comprobaron en el Discovery Channel) entonces, ¿por qué no utilizar un aerosol que de verdad funcione?

3- El microondas que enfríe.
Este invento se define a sí mismo, llega usted del trabajo, agotadoras nueve horas de oficina, al regreso decide pasar por el supermercado a comprar algo de comer y una cervecita para después; Mala es su suerte caro lector y justo de la marca que usted prefiere quedan sólo botellas a temperatura ambiente... 30 segundos y el problema está solucionado.


Espero que algún genio con inventiva, pericia y capital pueda algún día traer estos paliativos a nuestras manos, mientras tanto todo sigue igual de bien.
¡¡Rompan todo!!

El Observador