lunes, 31 de agosto de 2009

Resultados


Los resultados arrojados por la encuesta son reveladores.
Según los votantes, a la hora de perderse en una isla desierta no se puede prescindir de:

* Una navaja
* Drogas
* Putas

No voy a ponderar en este post los evidentes beneficios que puede otorgar una navaja en un lugar agreste... ni tampoco voy a explayarme sobre el tema drogas (termino abierto por cierto... cada cual tiene la suya)

Pero... putas? técnicamente dejaría de ser una isla desierta.
Quizás haya un tema de miedo a la soledad junto con ganas de obtener placer de una forma sencilla y/o abierta.
Asumo felizmente que las chicas también votaron a las putas ante la inexistencia del género "gigoló" o "negro dunga-dunga" pero refiriéndose claramente a estos.

Piensen, luego existan y saquen sus propias conclusiones.

Humor (estado, no sentido)


Tengo ganas de actualizar...
Pero no sé qué escribir.


viernes, 21 de agosto de 2009

Masa Crítica


El concepto de masa crítica me viene siguiendo en los últimos tiempos...
Hace unos pocos días mi profesor de organización hotelera se refirió a nosotros como "masa crítica", cosa que me llevó a ver qué cuernos es eso.
Como siempre internet, al servicio del hombre, me llevó por el camino más corto, a la definición más corta en una de las páginas más populares, Wikipedia.

Transcribo con mis palabras lo que leí:

La masa crítica de un fenómeno es el determinado número de individuos que necesita dicho fenómeno para reproducirse y adquirir una dinámica propia...
Cito el mismo ejemplo del artículo:
En una ciudad cuando una persona se detiene en la vereda y mira hacia el cielo no pasa nada; si dos personas miran al cielo tampoco, pero si siete, ocho, nueve personas se detienen a mirar al cielo probablemente otras personas también se detengan y empiecen a mirar el firmamento.
Ese pequeño grupo de siete, ocho, nueve personas es la masa crítica.

Ahora

Cuantos de nosotros seremos necesarios para conformar una masa crítica?
Una masa crítica que mire al cielo, por qué no, y que despierte de este sueño acobijado por generaciones... una masa lo suficientemente grande como para que el simple hecho de mirarnos a los ojos y conectarnos entre nosotros sea moneda corriente.
A continuación pego unas palabras, una suerte de mensaje que me llegó por una vía insólita... Lean, saquen sus propias conclusiones.


"Cuando te concentras en una persona, pasás la barrera de su personalidad y te concentrás profundamente en “sentirlas", vas a notar que mas o menos profundamente, según la persona, todos tienen un mismo fondo…Una especie de energía singular que atrapa todo lo cálido que existe en el universo….

Ha llegado el momento de que todos nosotros encontremos que tenemos un mismo punto focal, una misma realidad compartida que se expresa en puntos claves de nuestra personalidad. Es necesario que encontremos esos puntos para poder conectarnos como seres que somos y dejar a un lado las diferencias que devienen de la lucha de egos. Es tiempo de captar las realidades superiores que se están revelando ante nuestros ojos porque serán cada vez más incontrolables. No hay que temer porque todo tiene que ver con la responsabilidad que tenemos encomendada."

martes, 18 de agosto de 2009

Los Días


Los días pasan volando.
¿Seré yo o a todos les pasa igual? Pregunto para sacarme la duda, pero la mayoría de las personas que conozco son de mi edad y a ellos les pasa lo mismo... Se podría concluir que quizás es algo natural por lo que pasan todas las personas de entre 20 y 25 años.
Inquiero entre algunos representantes de la franja 45-55 y la respuesta es la misma.
Los días pasan volando.
Hay un chiste viejísimo de 3 actos: primer acto los Díaz viajan a Moscú en avión. segundo acto... deduzcan.

Los días pasan volando sí, pero pasan inmersos en una neblina incierta. El lunes se parece al miércoles y el domingo al último feriado. Sigo durmiendo en la misma posición y comiendo en el mismo lugar en la mesa que sigue (por suerte) en el mismo comedor.
Esta descripción parece venir con un dejo de hastío, pero en realidad contiene conciencia.
Los días pasan volando y se parecen porque no tengo el foco puesto en nada concreto.
Si tuviera planteado un objetivo, una meta a la que llegar, probablemente todo sería un poco más interesante, desafiante, (estimulante?).
Valga el condicional porque ahora viene el quid del asunto.

Los objetivos son, a veces, inconscientes.

Nos proponemos un deseo sin verdaderamente reparar en el asunto, sin saberlo siquiera, y allá vamos. Entonces los días parecen volar porque estamos transitando un camino que es corto en relación a la vida misma.
Todos los viajes en bondi parece cortos después de haberme acostumbrado a viajar por espacio de 20hs en colectivo hasta Bariloche.
Y es jugoso este planteo porque implica una búsqueda: Si el piloto automático está activado... ¿a dónde me lleva?

Por lo pronto voy a seguir pensando en eso y si lo averiguo me pego otra vuelta y actualizo.





martes, 4 de agosto de 2009

Paseando, Pensando, Creando


Y vi que había sol, que el frío no estaba tan frío, entonces dejé la bufanda y salí a caminar.
Siempre me gustaron los paisajes de montaña así que hice aparecer a mi capricho un hermoso paisaje de picos nevados, con aguilas y destellos de luz que se reflejaban.
Caminé paseando y mirando alrededor, relajando la mente que, por algún extraño motivo, siempre se empeña en trabajar doble cuando se encuentra en la naturaleza...

Sin nada en particular por qué preocuparme andaba yo vagando, giré a la derecha para tomar el sendero del pinar. Escuché el cantar de las aves, el ruido de las ramas al quebrarse bajo mis pies, el olor a verde y el fresco microclima de la vida del bosque que deja pasar selectos rayos de sol para que toquen el suelo.


El enano dijo:
~En este bosque se cumplen las proyecciones humanas, pide y será... pero no todavía, sino en el futuro.
Sin tener una respuesta preparada a semejante consigna, pensé y dije:
~Felicidad, todo lo que pueda necesitar y enorme bienestar.
El pequeño sujeto se hinchó, cambió de colores, metamorfoseó en un barril y se fue, rodando, por la barranca hasta el río; cayó y, flotando arrastrado por la corriente, desapareció (recientemente volví a encontrarlo, pero eso es otra historia y debe ser contada en otro momento).

Decidí, ya que no tenía nada mejor que hacer, cruzar el río hacia el otro lado.
Había nubes y viento del otro lado, había también hojas arremolinadas, arrastradas y dos o tres árboles maltrechos, un poco deformes.
Entré al lugar del vendaval y dejé a mi conciencia volar y tras ella fue mi cuerpo, libre al ver que la conciencia ya no dependía de su presencia y disfruté. Disfruté como un sueño en el cual uno toma repentinamente las riendas.
Sólo que nunca desperté e hice de ese sueño mi vida.

El Observador